Página personal de Jesús Iniesta
Cuando los familiares y amigos acuden donde se encuentra el cadáver en las horas que preceden al sepelio, será bueno que expresen su caridad cristiana para con el difunto orando allí por él, así como también para dar muestras del consuelo cristiano que ofrecen a los más allegados del que ha expirado. Esta oración se puede hacer de manera comunitaria o bien individualmente.
Si la oración se realiza de manera comunitaria, puede hacerse con uno de los cuatro primeros formularios que siguen a continuación:
De pie: El monaguillo/a entra al altar, seguido del celebrante quien trae la Luna con la Sagrada Hostia.
Comenzamos con un himno, previamente seleccionado, adecuado para el tiempo litúrgico o para el misterio de la Eucaristía.
De rodillas: Mientras el sacerdote coloca la Luna con el Santísimo Sacramento en la custodia. Al frente del altar, el sacerdote se arrodilla, y guía lo fieles en el siguiente himno.
O, Salutaris Hostia
O salutaris Hostia,
Quae caeli pandis ostium:
Bella premunt hostilia,
Da robur, fer auxilium.
Uni trinoque Domino
Sit sempiterna gloria,
Qui vitam sine termino
Nobis donet in patria.
Cuando el ministro llega donde el enfermo, lo saluda a él y a sus familiares, usando un saludo bíblico.
Paz a esta casa y a los que viven en ella.
o bien:
La paz del Señor viene a ti y a todos los aquí presentes.
Luego coloca el Santísimo sobre una mesa y lo adora en silencio durante algunos instantes. Enseguida puede decir una oración apropiada:
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